18 abr 2013

Capitulo diecisiete: Otra noche más.

Bueno chicas, lamento las demoras, pero aquí está el capitulo nuevo. Gracias por la paciencia y la persistencia. Ojala disfruten de 'Otra noche más' y dejen su comentario!



Capitulo 17
Otra noche más 





Había sido un gran alivio poder llorar, poder tener la contención de mi mejor amiga sin preguntas, sin nada más que aquel confortable abrazo. No entendía, concretamente, qué era lo que había dicho el Indio para que todos estallaran en llanto de esa manera, pero supongo que al fin y al cabo tampoco me importaba.

La tormenta de nieve continuaba, nosotros debíamos quedarnos en esa cabaña un tiempo más, hasta que cesara, mínimamente.

El momento de la tristeza había pasado y pusieron música para animarnos y mantenernos despiertos. Todos comenzaron a bailar y a reír nuevamente, pero yo allí estaba, con mi congoja, sentada en un rincón abrasando mis piernas y esperando que la única persona en la que pensaba viniera a abrazarme con sus alas, incluso que me llevara a volar muy lejos de todo eso. Pero no apareció. Benjamin llegaba en esos momentos en que lo necesitaba a gritos, pero no parecía que fuera a aparecer en éste momento.

— ¡Vamos, Sam, ánimo! — Dijo Ryan a mi lado.

— ¿Cómo es que me puedes tratar de esta manera, Ryan? Te he lastimado tantas veces en este viaje y tu continuas a mi lado...

— Estuve pensando durante el monologo... realmente, todo el tiempo pienso en ti. — Dijo avergonzándose. — Pero por fin entendí que no puedo obligarte a que sientas lo que no sientes, que el estar a tu lado y ser el mejor hombre del mundo sólo para ti no alcanza. Comprendí que esto que siento es amor, pero no el amor de pareja ya que ese debe ser reciproco, es mas bien un amor de amigos. Y como un amigo que te ama, no puedo verte mal y siempre haré lo posible porque estés bien.

— Eres una excelente persona, Ryan. De veras deseo que encuentres a alguien que te ame de esa manera tan desenfrenada en que te mereces.

— De hecho...

— ¿Qué sucede, Ry?

— Me podrías presentar a tu nueva compañera de cuarto... — Sonreí.

— ¿Cuál?

— La de ojos claros.

— ¿Cassandra?

— Que bonito nombre.

— Quieres que sea obvia cuando los presente, o lo hago más bien disimuladamente, todas ellas te querían conocer. — Eso evidentemente, le subía el ego.

— Tú eres la genio.

Ambos fuimos para donde estaban las chicas bailando.

— ¿Chicas, ustedes querían conocer a mi amigo? Aquí se los traje. Él es Ryan, 1 metro 78 centímetros, 80 kilogramos, ojos color cielo, cabello rubio tal querubín, sonrisa grande, blanca y digna de propaganda de pasta de dientes. — Jessica y Hanna lo miraba comiéndoselo con la vista, Amelie y Juliette lo miraban disimuladamente, Marissa, Cassandra y Barbra se reían. — Ellas son Jessie, Hanna, Amy, Julie, Cassie y Bar.

— Hola, creo que nos conocemos, mi nombre es Marissa. — Bromeó mi mejor amiga. — ¿Dónde esta, John? Lo dejé contigo hace apenas un momento.

— Fue al baño, celosa. — Marissa le dio un pequeño golpe en el brazo todos comenzamos a bailar juntos. Fue bastante cómico como la mayoría bailaban con mayor entusiasmo al tener a Ryan en la ronda, pero también lo fue ver como poco a poco él se acercaba a Cassandra.

— ¡Maldita tormenta de nieve! — Dijo de pronto Amelie.

— No podemos controlar el tiempo — Dijo Barbra y luego comenzó a reír.

— Muy chistosa... De veras tenia ganas de ver a Lance. — Cierto, el chico de la chocolatería la esperaría luego de su jornada laboral, y nosotras aquí varadas por la nieve.

— Podemos ir mañana o pasado. — Intervine. — No te desesperes Amy, encontraremos la manera. — Traté de dale aliento.

Ya se estaba haciendo de noche para cuando volvimos al hotel, solo nos quedaba cenar y luego irnos al boliche. Hacía varias noches que me venía perdiendo el salir a bailar, pero con las alternativas que tomé tampoco podía decir que estaba arrepentida. Más uno de los grandes atractivos del viaje de egresados es disfrutar tanto el fuego de la noche como la nieve del día, y yo no iba a dejar de hacerlo.

Ahora éramos 8 chicas para usar un solo baño, yo no era de ese tipo que necesitan 3 horas para estar lista, por lo que apenas llegamos me escabullí con mi ropa nueva y tomé un rápido baño.

Fui a la pequeña habitación en la que íbamos a estar con Marissa a partir de ahora y agradecí haberme terminado de vestir en el baño. Estaban prácticamente todos allí: Marissa, John, Ryan, Amelie, Cassandra y Barbra.

Marissa y John estaban sentados uno junto al otro, abrasándose y Ryan estaba medio recostado en la otra cama con las tres chicas muy cerca de él. Esta imagen me hacia extrañar a Benjamin, realmente quería estar con el tal cual Marissa estaba con John. Podes abrazarlo, mimarlo, acariciarlo. Increíblemente cursi pero enamorados. Tocar las una y cada una de las negras plumas de sus alas, que ellas sean mi abrigo, mi cobijo. Le había prometido que no pensaría en él, pero cómo hacerlo si era lo único que me mantenía feliz y con una sonrisa de idiota en el rostro.

Todos reían y hacían bromas sin sentido. Ryan poco a poco iba mostrando más interés en Cassandra y ella se sonrojaba ante eso.

Estas chicas eran bastante agradables y se notaba a leguas que eran buenas personas.

— ¿Así vestida piensas ir al boliche? — Preguntó Amelie.

— El resto de mi ropa está mojada, por lo que...

— Pero hoy en la noche fluor. Te debes poner algo que brille con la luz negra. Que suerte que traje alfo de más.

Se levantó y ambas nos dirigimos hacia su valija y comenzó a revolver la ropa.

Sacó unas calzas engomadas que parecían de cuero y una corta remera con flecos y letras en fluor.

— Pruébate esto, pero con el cuerpo que tienes seguro te queda bien.

Y tal como ella dijo, fue eso con unos zapatos altos lo que me vestirían esa noche.

— Fred tendría que estar llegando en cualquier momento con el maquillaje fluor... — Dijo Juliette. — Ya quiero que llegue para hacerme algún buen diseño en la cara.

Todo se sentía como ajeno una vez que yo ya estaba lista. Trencé mi cabello y esperé el maquillaje. Había música, las chicas echaron a John y a Ryan, las mismas se pasaban en ropa interior de un lado a otro, probándose una y otra vez toda la ropa que había en la habitación...

— ¿Esto todas las noches es así? — Pregunte a Jessica, quien era la que después de mí, primero se había alistado.

— Esto no es nada, ayer tuvimos que salir corriendo con Hanna a que se compre algo nuevo porque nada le gustaba... Tu amiga Marissa se mezcla muy bien entre ellas. — Tenía razón, Marissa estaba prácticamente de cabeza metida dentro de su bolso buscando algo que usar.

— Muchas veces somos opuestas, creo que por eso nos llevamos tan bien.

Juliette le arrebató la plancha de pelo a Cassandra y ella se acercó a mí.

— Quería preguntarte, Sam si a ti no te molesta que esté hablando tanto con Ryan. Es decir, él es el que viene a mí, pero yo lo estoy dejando... sé que es tu exnovio y no quiero generar un momento incomodo. — Yo sonreí ante eso, ella, que me conocía apenas hacía unas horas me estaba pidiendo permiso de hablar con alguien que se le acercaba.

— ¡Por supuesto que le puede hablar! Puedes hablarle, abrazarlo, besarlo... todo lo que tú quieras. Y no necesitas mi permiso para ello.

— Es que... todavía tenemos que compartir tres días más la habitación, y no quería que me fueras a declarar la guerra o algo por el estilo.

— Tranquila, todo arreglado.

— Sabes... tengo algo de curiosidad. ¿Por qué no están juntos?

— Hace tiempo ya que no estamos juntos, él me engañó y a pesar de que lo perdoné y él cambió por mí, ya no puedo volver con él.

— En realidad, entendemos eso. — Interrumpió Juliette riéndose tiernamente. — Lo que nos intriga es la alternativa...

— Claro, has dejado a Ryan por otro... — Continuó Barbra guiñando un ojo, y de repente todas habían callado y esperaban a que yo les cuente.

— Y podemos decir que Ryan está para violarlo... — Agregó Hanna. Comencé a ruborizarme.

— Por lo que la alternativa debe estar mucho mejor. — Sopesó Jessica. Todas quedamos un segundo en silencio, ellas esperaban a que yo hablara y a mi me había agarrado un ataque de mutismo agudo.

— ¡Ladys, he llegado con el maquillaje! — Dijo Frederic y fue como mi salvador, por lo menos hasta que recuperara el aliento, pero tanto había pasado entre él y yo que preferí bajar la mirada, desarmar la trenza en mi cabello y volverla a hacer.

— ¡Ya entendí! — Gritó Amelie apenas cerró la puerta detrás de Frederic. — Es Frederic, ¿verdad? Había escuchado rumores, pero no creí que fueran verdad hasta que observé detenidamente cómo te miró. Sam, él te desvestía con la mirada.

— ¡Que suertuda! — Dijo Hanna.

— No chicas, no estuve con él. — Mentía, si que mentía. Pero le había prometido discreción, y en todo caso, yo sentía a Benjamin cuando estaba con él, y el mismo Benjamin me había confirmado eso, entonces no sabía hasta qué punto era mentira o no lo que estaba diciendo.

— Pues deberías. — Dijo Jessica. — Por como te mira y por lo que comprobó Hanna esta mañana en el comedor. — Todas comenzaron a reír.

— Entonces, si dices que no es Frederic... ¿Quién es? — Preguntó Amelie.

— Vamos, cuéntanos. — Pidió Juliette.

— No te hagas desear tanto... — Dijo Jessica. Pero algo en mi interior me decía que no debía decir nada. Si Benjamin me había pedido que no lo pensara, peor sería si lo contaba.

— Si, chicas, es muy apuesto, tiene hermosos ojos verdes. Pero no sigan preguntando porque a Sam no le gusta contar sobre sus romances cuando no es algo seguro todavía. — En ese momento amé a Marissa.

— Nos quedaremos con las ganas entonces.

— Me gustaría seducir a Fred... ¿Qué dicen chicas? — Preguntó Barbra y automáticamente todas me miraron.

— Si eso te hace dejar de llorar por los rincones y lavarte los dientes con licor, hazlo. Ve corre detrás de él, debe estar por el pasillo todavía. — Dije alentándola. Y las demás sonrieron en aprobación a lo que yo había dicho y comenzaron a alentarla también.

Comenzamos a pintarnos con los maquillajes que luego brillarían en la oscuridad. Algunas se hicieron corazones en la punta de la nariz y bigotes en las mejillas. Otras simplemente un corazón en la mejilla. Yo aproveché los pocos tips que sabía y me hice un lindo diseño en los parpados de los ojos.

Pronto estábamos todos reunidos en el hall del hotel. John y Ryan tenían como complemento fluor unas pulseritas que colocaron en sus zapatillas donde van los cordones y unas cintas que pusieron en su cabeza como si fueran corbatas luego de una larga fiesta.

En un primer instante, Ryan no sabía a quien mirar. Me miró de pies a cabeza, se iluminaron aun más sus encandilantes ojos celestes. Luego miró a Cassandra y se concentró por solo mirarla a ella luego de eso.

— Están hermosas chicas. — Nos dijo a todas en general.

— Eso aquí no es un halago. — Dijo Hanna. — Si quieres halagarnos debes decirnos que nos fallarías una por una sin descanso. — Bromeó. Ryan si bien era un hombre, era muy vergonzoso y sus mejillas se pusieron color carmín en un santiamén. Todo el resto de nosotros simplemente rió, no había otra cosa que hacer ante ese comentario.

Apenas nos subimos al bus que nos llevaría al boliche las chicas nos pasaron las letras de sus canciones, eran bastante provocativas.

‘Quiero miembros duros, quiero miembros duros, que me den por atrás. ¡Oh, yeah!’ Cuando escuché la letra no quise cantarla, pero en el momento, fue divertido hacerlo. Mas divertido fue ver la cara con que John miraba a Marissa mientras ella cantaba y saltaba, al estilo de ‘te voy a follar, duro’ pero también con muchos celos.

Llegamos al boliche y directamente nos dirigimos a la barra. Juntamos dinero entre todos y compramos varios tragos de distintos colores. Había un sex on de Beach, que era rojo debajo y naranja por encima, semen de pitufo que era color azul, licor de melón con energizante, que tenia un color verde fuerte y una ronda de tequila para cada uno.

El tequila con limón y sal fue lo primero que tomamos, el resto lo íbamos compartiendo y bajaba de a poco mientras bailábamos.

Juliette rápidamente desapareció, seguramente estaría en algún lugar con su novio David. Barbra bailaba mirando fijamente a Frederic, aunque éste estuviera de espaldas y cuando él daba vuelta y la veía mirándolo ella tomaba el sorbete del trago jugando con la lengua. Realmente me sorprendió Barbra, no la veía tan provocadora como resultó ser.

Jessica era un espectáculo digno de ver. Bailando se emocionaba y marcaba cada movimiento con fuerza y decisión hasta que veía a un chico que le gustaba, entonces simplemente...

— Me gusta ese chico. — Dijo. — Observa y aprende. — Se acercó a él, no sabía distinguir si era bonito o no, puesto a la oscuridad del boliche y a que después de lo que estaba tomando la gente que no reconocía eran mas bien sombras que personas, tocó su hombro y cuando el muchacho se volteó, ella sin preámbulos, sin palabras cursis ni el normal parloteo, lo besó. El adolescente abrió los ojos como platos, por la sorpresa, pero instantáneamente pasó su brazo por la cintura de Jessica y su mano derecha fue directo a la mejilla izquierda de ella.

Realmente un espectáculo digno de ver. En ese mientras tanto, Barbra había conseguido la atención de Frederic y ofrecerle un sorbo de unos de los tragos que teníamos fue su excusa para poder acercarse a hablarle ella sola.

— Nosotras iremos a dar una vuelta por el boliche. ¿Quieres venir? — Dijo Hanna refiriéndose a ella y a Amelie, mientras lo decía me guiñaba un ojo indicándome que así podríamos dejar solos a Cassandra y a Ryan con John y Marissa, que seria lo mismo que dejarlos solos.

Quizá yo pudiera encontrar a Benjamin entre toda esa gente.

Fuimos caminando entre el tumulto fluorescente que había en la pista, muchos nos halagaban o nos tocaban mientras pasábamos. Comandaba la fila Hanna, en medio estaba Amelie y yo al final, por lo que mi trasero era el lugar de la mano de varios chicos que se encontraban en nuestro camino, muchos otros me tomaban de la cintura, queriendo apoyar otra parte de sus cuerpos, que no eran sus manos, sobre mi trasero. Por lo que yo, con una mano me aferraba a la mano de Amelie, para no perderlas, mientras que la otra mano la coloque en mi cintura haciendo que la punta del codo señalara hacia atrás. Entonces, cuando alguien intentaba hacer lo que anteriormente explique, se encontraba con mi puntiagudo codo en la boca de su estomago. Inmediatamente se alejaban.

En un momento, en un lugar particular en que había un poco más de luz y la música no se escuchaba tan fuerte, Amelie soltó el agarre y se acercó a un chico.

— Tienes muy bonitos ojos. — Le dijo. Realmente sí, tenía hermosos ojos verdes. Mis hermosos ojos verdes. Celos. Era Benjamin, mi Benjamin y ella lo estaba halagando.

— Gracias. — Dijo él y por una parte agradecí que ella no fuera Jessica, ya que Jessica ni siquiera hubiera gastado de su voz en hacer halagos, pero por otra parte rogaba que no fuera tan atrevida como para intentar besarlo.

Gracias al cielo nada de eso ocurrió, sino todo lo contrario. Benjamin se acercó a mí y me besó. Me tomó el rostro con ambas manos, como si fuera del más delicado cristal, como si me fuera a romper de un minuto a otro, pero también con muchísima importancia, como si fuera lo más preciado que él poseía y me besó de la manera más apasionada y desesperada posible.

— Hoy estaré en tus sueños.

Y se fue. Fue como si se esfumara entre la muchedumbre de un momento al otro.

Cuando salí del trance un momento después tanto Amelie como Hanna me observaban con los ojos como platos.

— O no sabes decir que no o ese es el ‘otro’. — Dijo Amelie, haciendo referencia a nuestra charla de hacía un rato.

— Amy, por favor, como si a un ángel como ese se pudiera decirle que no. — Le había llamado ángel. Entre todos los apodos o formas de las que lo podría haber llamado, escogió llamarlo ángel.

— Sam... ¿Es él o no?

— Sí, es él. — Contesté al fin, pero luego de eso sólo quería llegar al hotel y ponerme a soñar.

— Con razón, ésta para tomarlo mas que lo que Homero Simpson toma cerveza. — Dijo Hanna.

— Igualmente, me parece más atractivo Ryan. — Agregó Amelie.

— Un buen pene debe ser la diferencia. — Hanna. Ésta chica tenía la idea de ‘sexo’ mas fija en la cabeza que cualquiera que haya conocido. Verdaderamente me hacía sonrojar.

— Creo que volveré al hotel.

— ¡Pero si la noche está en pañales!

— Anda, no seas amargada, es la primer noche que pasamos juntas.

— Yo creo que él la espera en el hotel.

— Claro, ya entiendo. ¿Por qué pasar una noche bailando si se puede pasar una noche con un bomboncito como ese? — Ellas me hablan a mí, pero sacaban conclusiones tan rápidamente que ni siquiera me dejaban contestar.

— Ve, folla tranquila, usa protección. — Hanna dijo al tiempo en que me daba unas palmaditas en el hombro.

— Diviértete. — Finalizó Amelie antes de darse media vuelta y seguir con Hanna recorriendo el boliche fluorescente.

Comencé a caminar entre toda la gente buscando los pequeños recovecos vacíos por donde podría caminar con tranquilidad hacía la puerta de salida.

Realmente no miraba a nadie, si alguien me tomaba la mano o la muñeca para hacerme bailar, simplemente me zafaba de su agarre, si alguien me tomaba por la cintura, utilizaba mi codo de la misma manera en que lo había echo antes y si alguien lograba contacto visual, simplemente negaba con la cabeza antes de que intentara hacer nada. Pero entonces, alguien llamó mi atención. Alguien que no debía estar allí, alguien que yo sabía que no era un egresado.

Lancelot.

— ¿Qué haces aquí? — Le pregunté una vez que estaba cerca de él. Él abrió los ojos como platos y se paralizó.

— ¿Puedes verme? — Dijo luego de unos momentos.

— Por supuesto que puedo verte. ¿Qué crees... que soy ciega?

— No... mmm... vine a bailar.

— Pero tu no eres egresado, se supone que solo los egresados podemos estar aquí esta noche.

— Existen ciertos trucos.

— ¿Has venido a ver a Amelie, verdad? Ella se ha ido por allá. — Dije señalando en la dirección que ella se había ido con Hanna.

— En realidad, es a ti a quien he venido a ver. — Otra vez no. No quería que Amelie se enojara conmigo, o tuviera celos de mí cuando lo único que yo quería era estar con Benjamin. Bufé ante esto y rodé los ojos, ya no sabía cómo manejar la situación. ¿Es que tenía un imán para los hombres o algo por el estilo? Tampoco es que fuera una persona tan bella.

— Lo lamento, pero estoy comprometida. — Realmente no era del todo cierto, pero tal vez diciéndole eso se daría por vencido. Él en lugar de cualquiera de las expresiones esperables que podría a haber tenido luego de lo que le dije solo rió.

— No estoy interesado en ti de esa manera, Sam.

— ¿y entonces para qué me buscabas?

— No se suponía que tú podías verme.

— Todo esto esta realmente volviéndome loca. ¿Estas acosándome?

— No, Sam, Ben me mataría si lo hiciera. Sólo estoy cuidándote desde lejos.

— ¿Qué rayos? ¿Conoces a Benjamin? — Él asintió. — Un momento... tú eres como él. — Era más una afirmación que una pregunta.

— Ya vete que debe estar desesperado por que empieces a soñar de una vez. — Dijo manteniendo una sonrisa tierna en su rostro.

— Un segundo. Si Benjamin no me dice nada tal vez tú si podrías hacerlo. ¿De que es de lo que me están protegiendo? No entiendo.

— Pronto lo sabrás, Sam. Apenas puedas saberlo te lo contaré.

— Ash, los detesto. ¿Por qué no puedo saberlo ahora? ¿Qué diferencia habría? No es que yo fuera a divulgarlo por ningún lugar.

— ¿Qué te hace pensar que dentro de tu cabeza estaría a salvo esa información? — Luego de eso hizo un saludo con la mano y se alejó. Poco a poco me daban algo de información, pero tampoco era como para hacer una fiesta. Algo me decía que no me iba a enterar de todo de la manera fácil.

Llegué al hotel y lo primero que hice fue dirigirme a la administración para buscar la tarjeta de entrada de la habitación. La habíamos dejado allí antes de salir para el boliche para que de ese modo evitemos perderla.

— 640 por favor. — Dije y el chico de ojos grises enmarcados por acné comenzó a buscar.

— No, señorita, la 640 ya fue retirada. — Dijo luego de un momento. Genial, seguramente cuando Juliette había desaparecido había venido aquí a estar con David.

Comencé a subir las escaleras pensando en cómo interrumpirlos para que me abrieran la puerta. Después de todo, había dos habitaciones dentro de la misma inmensa 640, yo podría dormir mientras ellos hacían cualquier otra cosa.

Llegué y comencé a golpear. Nada. Ni un pequeño ruido.

Los tacos ya me habían generado dolor en los pies, por lo que me los saque y esperando a que me abrieran me senté en el piso del pasillo. Éste mismo no estaba frío, al contrario, irradiaba calor. Ese era el sistema de calefacción del hotel.

Allí, sentada golpeando la puerta de mi habitación decidí que no podría esperar un segundo más. No sólo estaba cansada sino que tenía que apresurarme a llegar al sueño en que me encontraría con Benjamin. Cerré los ojos y traté de dormir.

Poco a poco los sonidos lejanos fueron mas lejanos todavía, un gran manto negro y pesado me cubría, cada vez mas placentero y llevándome a dormir placidamente.



‘¿Crees que deberíamos despertarla?’



‘Conozco a Sam, aunque esté incomoda nunca debes despertarla.’



‘Pero no podemos dejarla durmiendo en el pasillo.’



‘Créeme, es lo mejor que podemos hacer’



...



...



...



— ¡Williams! ¿Qué haces durmiendo en el pasillo? — Gritó Frederic despertándome.

— Es que no conseguí la llave para entrar en la habitación y sólo me quede dormida aquí. — Frederic rió.

— Hubieras venido a mi cuarto, te podría haber prestado mi cama.

— A mi espalda le hubiera gustado dormir en una cama... ¿Cuánto tiempo más puedo descansar? ¿Qué hora es?

— No Williams, sólo te queda tiempo para cambiarte. Hoy nos toca la excursión llamada ‘culi-patín’ — Maldición, maldición, maldición, maldición. Había dormido mal, en un pasillo y no había soñado nada. — Bonita rosa. — Dijo señalando mi cabello. Instintivamente llevé mi mano hacía allí y la quité. ésta era blanca y estaba enganchada en mi oreja. Apenas Frederic me ofreció su mano para levantarme, me di cuenta que debajo de mí tenia otro de los sobres negros vacío.

7 comentarios:

  1. esta super interesante, pero me deja queriendo mas, espero pronto saques el siguiente capitulo, no puedo esperar :D

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  2. de verdada cuando sacas el otro capitulo me traes loca reviso todos los dias esta muy buena jajaja

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  3. Jajaja chicas, ustedes ya saben que no lo hago de mala, subo los capitulos apenas los termino y ultimamente tengo muchas cosas en la cabeza y no logro insipirarme :(
    Asi que bueno... que opinan de las nuevas chicas? yo creo que le dan algo de chispa, no es cierto? jajajaj

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  4. Pense que las chicas nuevas serian algo 'amargas' pero veo que no.. asique mejor! jaja! Muy bueno el! en especial el final.. aunq odio que nos dejes deseando... espero el otro! Beso

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  5. Ohh Qe Genial me gusto Mucho pero no nos dejes con desear mas y luego despues de muchas semanas bueno si asi y esperare el prox. capitulo y las chavas se me hizo padre

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  6. Esta genial todo mas interesante no puedo esperar sube pronto el siguiente capitulo y las chicas nuevas dan algo de chispa a la historia

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  7. Bueno, aquí estoy! Sé que tardé, pero bueno... mejor tarde que nunca!
    El capítulo: La trama se vuelve interesante y más abarcativa! La canción de los miembros lo es todo...! jajaja! Las nuevas amigas, no sé por qué, pero me da que tienen más para ofrecer que un poco de diversidad... Quizás alguna está metida en todo este embrollo, pero cual será?
    La aparición así, a pesar de que la esperaba, fue demasiado sorpresiva y muy corta...! Tiras las cosas de a gotas...! Quiero sangre!!! Voy a leer el próximo! Lo bueno de tardar es que tenes tres juntos =3

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