7 feb 2013

Capitulo doce: Brujería

Espero que este capitulo les guste. Me dio mucha rabia el solo escribirlo, ya veremos qué les causa a ustedes. Gracias por votar y comentar. Sigamos creciendo juntos!


Capitulo 12
Brujería



Al entrar al hotel pensé que debería ir a la sala de juegos con mi novio y mis amigos, pero eso sería muy hipócrita de mi parte. Lo que me hacía sentir Benjamin era único, sin igual. No podía seguir mintiéndole a Ryan y mucho menos mentirme a mi misma diciéndome que esa relación iba a funcionar. Pasé por enfrente de dicha sala y la encontré vacía, para mi sorpresa. Aunque no me costó demasiado entender que todos habían ido al boliche.
Comencé a subir los cuatro pisos y me entendí lo que mis amigos me habían dicho el día anterior. El boliche es una fiesta, pero la gente que se queda en el hotel, hace fiesta en el hotel.

Llegué al tercer piso, ese era el piso de nuestros amigos, y ví a Gaspar a lo lejos haciéndome seña para que fuera con ellos pero derepente otro individuo se puso delante de mí.

— ¡Que suerte la mía! Mi ultimo día aquí y descubro que las chicas mas lindas se quedan en el hotel en lugar de ir a bailar. Si lo hubiera sabido antes...

Era guapo, comparado con Gaspar, pero no le llegaba ni a los talones a Benjamin o a Ryan. Igualmente, y a pesar de que tenía un revoltijo en mi mente decidí que hacerme la idiota y caminar con ese chico lejos de Gaspar era lo mejor que podía hacer. Si hubiera rechazado a este chico de nombre desconocido y ojos color café Gaspar me hubiera seguido hasta mi habitación y no tenía ánimos de darle la mas minima oportunidad de privacidad para evitar cualquier tipo de situación incomoda.

— ¿Dónde me llevas, preciosura?

— Solo te usé como excusa para que el chico que estaba parado en el pasillo unos cuantos metros detrás de ti no viniera encima de mí.

— ¿Quién? ¿Gaspar?

— uhm, ¿lo conoces? — Bufé.

— Fuimos compañeros en algún que otro año de nuestra escolaridad, pero distintos colegios nos trajeron aquí.

— ¿Entonces sabes que es un idiota?

— Tal vez si, pero quién eres tú para decirlo si sólo lo conociste durante unos días...

— Oh no, ¿son amigos verdad?

— Uno de los mejores que he tenido.

— Rayos. Bueno... de todos modos, gracias. Me voy, tengo mucho en que pensar. — Dije dando media vuelta.

— ¡Un segundo! — se precipitó tomándome del brazo. — Así como yo lo veo, te hice un favor.

— Así es.

— Ahora estás en deuda conmigo.

— ¿Acaso me estas manipulando? ¡Pues vete al diablo! — Dije mientras intentaba soltarme y no podía hacerlo. En ese momento fue cuando advertí que éste chico tenía una gran cantidad de masa corporal y todo estaba bien tonificado. Parecía uno de esos bobos que toman anabólicos.

— Aguarda... ¿Por qué te enojas si todavía no sabes lo que te voy a decir?

— ¿Y por qué querría escucharte?

— Porque soy irresistible. — Dijo bromeando al tiempo en que pasaba su mano libre por sus abdominales.

— Al pareces los esteroides bloquean la llegada de sangre a tu minúsculo cerebro.

— ¿Te crees muy lista eh?

— Por supuesto.

— Comprobémoslo. Si tan lista te crees no te vas a negar a contestar una simple pregunta...

— No estoy para estupideces. Suéltame y déjame irme.

— éste es el trato: Si tu respondes bien yo te suelto y no me vuelves a ver nunca mas en tu vida, mas si tu respondes mal...

— Me sueltas y no te vuelvo a ver nunca mas en mi vida.

— ¿Te atreves a contestarme la pregunta o no?

— ¿Qué pasa si contesto mal? Aunque eso no sucederá.

— Estas muy confiada, niña lista... No lo sé, no lo he pensado aún.

— Ok. Vamos. Y que sea rápido. Me quiero ir.

— Es una pregunta muy fácil, y la respuesta estará tan a tu alcance que no te permitiré pensarlo. Si tan rápida te crees no puedes tardar mas de dos segundos en contestar.

— ¡Ya hazme la maldita pregunta! 

— ¿A dónde se fue Manuelita? La tortuga de la canción de María Elena Walsh.

— Se fue a Pehuajó. — La respuesta era tan sencilla que salió sin pensarlo de mi boca. Él chico comenzó a reír.

— Tonta niñita... Manuelita vivía en Pehuajó, se fue a Paris. — Tenía razón. Él había ganado y  en buena ley.

— Ahora tendrás que venir conmigo. — Comenzó a llevarme por el pasillo hacía el lado donde estaba Gaspar.

— ¿¡Que?! Yo no voy contigo a ningún lado. — comencé a gritar.
Junto a Gaspar me metieron en una habitación, no estaba muy segura, pero creía que era la de Gaspar. Comenzaron a tocarme ambos, estaban abusando de mí y estaba segura de que eso se convertiría en violación.
Grité lo más fuerte que pude intentando que alguien me socorriera, pero había un estéreo en la habitación y estaba a todo volumen.
Traté de defenderme pero nada servía. El chico de ojos café me abofeteo muy fuertemente en la cara e inmediatamente comencé a llorar.

— Malcom me llamo niñita idiota. Ya deja de gritar y quédate quieta.
Me sacaron a tirones el impermeable mientras decían cosas como ‘Pequeña mujerzuela, hoy nos vas a hacer disfrutar mucho’, ‘Ahora vas a saber cómo la tiene un hombre de verdad’.

En ese preciso momento la música cambió repentinamente. Pasó de ser Rap a ser de esas canciones instrumentales que ponen en las películas de terror cuando un fantasma se acerca. Las luces comenzaron a titilar. Una fuerte ráfaga de viento abrió de golpe las ventanas. Era muy extraño, hasta hacía un momento estaba fuera y el tiempo no era para nada agresivo.

Sus rostros denotaron sorpresa por un segundo, pero siguiendo el frenesí de lo que estaban haciendo continuaron forzándome a besar a Gaspar en la boca y fue en ese instante en que un fuerte rayo cayó haciéndonos saltar de la cama a todos e iluminando la habitación. De repente Malcom y Gaspar se miraron las manos, las tenían cubiertas de sangre, pero yo no estaba lastimada ni sangrando. 

Todo se volvió calmo por un momento. El viento cesó, las luces y la música se apagaron completamente. Se podía sentía el terror en el ambiente. Esa era como la calma que antecede al huracán.

Las luces titilaron una vez y luego se quedaron prendidas y bien a la vista, escrito en sangre sobre la pared decía. ‘A partir de ahora sus vidas serán un infierno. Nunca la debieron haber tocado.’

Ambos comenzaron a gritar como dos niñitas. Yo estaba en shock pero rápidamente me levanté y salí corriendo. No sabía si ellos me seguían o si estaba corriendo sola, solo sabía que debía correr. Con la velocidad a la que iba las escaleras parecían tener muchos menos escalones, bajaba de dos en dos o incluso mas. Rápidamente llegue al vestíbulo y busque al guardia de seguridad al tiempo que no podía parar de llorar.

Tanto Malcom como Gaspar venían detrás de mí pero no por mí, sino buscando ayuda, estaban aterrorizados.
Abracé al guardia quien tenía una expresión de sorpresa e incomprensión, y lo único que atisbé a decir en su oído y casi sin aliento: 

— Estaban abusando de mí.

El guardia me soltó y con un envenenado rostro se acercó a esos asquerosos chicos justo al momento en que ellos se tiraron al piso y comenzaron a llorar. Gritaban: 

‘¡Basta por favor, basta!’ 

‘¡Saquen esté horrendo pitido de mi cabeza!’ 

‘Ella es una bruja, está endemoniada’ 

‘Tiene que creernos’ 

‘Pintó las paredes de la habitación con sangre sin siquiera moverse’

El guardia los miraba estupefacto, y luego me clavó una mirada de incertidumbre. Ese hombre no sabía qué hacer o qué creer. Y en eso escuché una voz en mi cabeza, la vos de Benjamin, era su voz. ‘Dí que mienten’ ordenaba, pero yo seguía en shock. ‘Vamos, Sam... Dí que mienten’

— ¡Están mintiendo, señor! — Grité. Era la única manera en que podía hacer salir palabra de mi boca. — ¡Ellos estaban abusando de mí! Como me escapé ahora inventan esas locas historias. ¡Tiene que creerme! — Mentí.

Al guardia se le lleno el semblante de odio nuevamente y comenzó a patear a los dos energúmenos que estaban tirados en el piso.
Como anillo al dedo llegó Frederic junto a un grupo de adolescente y quedaron atónitos ante la escena que veían. Lo primero que mi coordinador hizo al reaccionar fue derribar al guardia.

— ¡Suéltame! — Gritó el guardia al verse en el piso inmovilizado por Frederic. 

— ¡Estos malditos pendejos se han querido aprovechar de aquella dulce niña! ¿Es que acaso no es una de las tuyas Frederic? — Preguntó refiriéndose a si él era mi coordinador.

Él me miró y se envenó al ver como lloraba, cómo estaba yo en ese estado de shock y en ese instante fue él quien se tiró encima de estos chicos y comenzó a darles golpes a ambos.



Tan sólo minutos más tarde todos nos encontrábamos en la comisaría. Por primera vez me enfrentaba a un espejo y podía ver mi mejilla roja por el golpe que me había dando.

Al yo ser menor de edad, no podía dar testimonio sin un juez de menores presente, pero tanto Malcom como Gaspar ya tenían la mayoría de edad. Y los dejarían encerrados por la noche.
Si ellos hubieran sido menores, los encerrados hubiesen sido el guardia y Frederic, por agresión a menores de edad. Pero de esta manera quedaban absueltos.

Luego de unos momentos me explicaron que ambas lacras de la sociedad iban a pasar la noche en la jaula y al día siguiente a primera hora emprenderían el regreso a su lugar de residencia, que la empresa de viajes haría algunas jugadas legales, y algunos tramites, pero que sólo podrían tener su merecido si mis padres decidían iniciar cargos hacia ellos.

Obviamente que alguien tuvo que constatar que ‘mentían’ y revisar la habitación que ellos decían, estaban escrita con sangre. Pero el cuarto se encontraba en perfectas condiciones, por lo que nadie les creyó.

El problema estaba en que yo sí sabía la verdad. Yo sí sabía que todo eso habia pasado y ahora tenía una nueva pregunta para mi amor de ojos verdes: ¿Cómo había echo para meterse dentro de mi cabeza y decirme qué hacer? Estaba completamente segura de que él había tenido que ver con todo lo extraño que pasó en esa habitación, pero... ¿Cómo?

Volvimos al hotel con el guardia, llamado Carlo, y con Frederic quien muy consideradamente me acompaño hasta mi habitación.
Una vez allí tomó asiento en el pequeño hall que había apenas se entraba y sus lágrimas comenzaron a caer.

— Lo lamento, Samara. Mi trabajo era cuidarte y no estuve allí cuando me necesitaste. Éste será el último viaje que coordinaré. Recién ahora caigo en la cuenta de que es un trabajo que acarrea mucha responsabilidad y demasiada presión. Pero lo peor de todo es que yo me encariño con todos mis chicos y me da muchísima rabia e impotencia no haber estado allí para ti. Perdón, Sam. Perdón. — Se veía realmente muy angustiado y no supe mas que hacer que arrodillarme, abrazarlo y llorar junto a él.

— Descuida, Frederic. Si tu hubieras estado allí poco podrías haber echo. — Mentí intentando hacerlo sentir mejor.

— Sabes que si podría. Después de todo es para lo que me pagan.

— No tenías forma de saberlo.

— Ví una o dos veces que te miraba demasiado el chico de poca altura, pero nunca lo creí capaz de semejante barbaridad.

— Deja ya de darle vueltas al asunto. No llegaron a hacerme mucho.

— ¿Cómo fue que te escapaste? Obviamente el argumento que ellos dieron es inverosímil, pero también lo es que te hayas podido escapar de dos rugbiers tan enormes y forzudos tu sola.

— ¿Qué puedo decir? — Dije sin saber la respuesta realmente. — Soy una chica con suerte. — Rió con amargura.

— Si fueras una chica con suerte, nunca habrías llegado a esa habitación, en un primer lugar. — Refutó pero no con un tono desafiante y convirtiendo su semblante en dulzura. — ¿Sabes...? Iré a ver que a ninguna otra de mis niñas le pase lo mismo que a ti. — Se secó algunas lágrimas y se paró para irse. — ¿Quieres quedarte descansando mañana? ¿O prefieres asistir a la excursión?

— ¿Qué nos toca mañana?

— Escalaremos la montaña y luego nos tiraremos con un arnés haciendo canopy.

— ¿Acaso estas loco? — Bromeé. — ¿Crees que me quedaré encerrada en el hotel pensando en lo que ocurrió mientras me pierdo de una de las mejores excursiones del tour? — Rió levemente.

— A las 8 AM los quiero en el desayunador. A las 9 salimos.



Entré en la habitación y todos estaban muy preocupados esperándome. Ya sabían lo que había pasado y fue Marissa la primera en venir hacía mí y en darme un gran abraso que solo una mejor amiga sabe dar. No dijimos nada, con un abrazo bastaba para decirnos todo.

Luego esperaba Ryan para darme consuelo.

— ¿Cómo te pude dejar sola? ¿Por qué no estuve ahí para cuidarte?

— Ryan, ya pasó, no sirve de nada lamentarse.

— Nunca creí que fuera tan idiota. Tengo unas ganas impresionantes de romperle la cara. De extirparle el pene, metérselo por el ano y luego hacérselo comer. — Me causo gracia su forma de tortura. — No te rías de mí, estoy realmente furioso.
No me había dado cuenta en qué momento Marissa y John habían salido del cuarto, pero Ryan y yo nos encontrábamos solos.

— En verdad no quiero hablar más del tema. ¿Podemos dormir sin decir mucho más? Mañana debemos levantarnos temprano.

— ¿No será mejor que nos quedemos? yo me puedo quedar contigo así no estás sola...

— Gracias, Ryan, pero prefiero despejarme yendo a la excursión.

— Mira como te dejaron el rostro, malditos desgraciados.

— Ya es suficiente. A dormir.

Quería acostarme y pensar en todo lo que tenía en la mente. En Bejamín, en Ryan, en los sucesos extraños que me pasaban. Pero quedé profundamente dormida al momento en que toqué la almohada.

7 comentarios:

  1. DEMASIADO BUEEENISIIMOOO CUANDO SACAS LA OTRA ME COMÍ LAS UÑAS DE VERDAD SIGUE ESCRIBIENDO ERES BUENA ESPERO EL OTRO CAPITULO CON ANSIAS

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  2. se me hara eterna la espera, cada dia se pone mas interesante, gracias por escribir tan bien

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  3. Muy buena Mica.. La verdad que cada capitulo es mejor!! Ya quiero respuestas! ja, un beso! (Avisame cuando subas el otro x favor)

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  4. Voy a empezar a subir una vez por semana. Disculpen chicas pero con la universidad se me hace imposible y tengo obligaciones que cumplir :/

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  5. Ojala cuando no tuviera ganas escribiera así! Muy buena la escena de la seudo violación... Manuelita la cagó! Sam, es una boluda! jaja! pero eso pasa cuando la gente tiene tendencia a ser pedante! Habla sin pensar! Me quedé O.o cuando pasó lo de la sangre! Bien pensado el asunto legal, me copó que incluyeras esos detalles! Le dan realismo, y al mismo tiempo te crea la ilusión de que el personaje es siniestro...!
    Espero el próximo, tranquila, no te apresures, da lo mejor de vos, tus lectores estaremos aquí, esperando!
    Felicitaciones!

    =)

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  6. Me dejaste impresionada!!! estare pendiente la proxima semana para el otro capitulo ;) Felicidades

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  7. Felicidades, escribes muy bien.. ;) Nos dejas enganchados a todos.. Sigue asi.. :D Y no te preocupes, estaremos esperando.. :*

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